Everyldo Gonzalez

Por: Everildo Gonzalez Alvarez

Ya estamos en Abril, ya es tiempo de que viéramos a esas hermosas aves llamadas golondrinas , que ya tuvieran su nido hecho, para cumplir a lo que vienen a este nuestro México, a reproducirse. La realidad e otra: no se les ve, no se les escucha cantar por las mañanas y alegrarnos el despertar.

Unos pocos días antes de que dé comienzo la primavera en el pasado mes de marzo, empiezan a llegar de un largo recorrido, la mayoría de Canadá en América y desde varios países europeos, unas pequeñas avecillas de color azúl-negro con un poco de amarillo oscuro, a quienes conocemos como golondrinas. Estas llegan, hacen sus nidos, se reproducen, se están una temporada y regresan al lugar de donde emigraron.

En los últimos años y más en el actual, a esas avecillas obscuras poco se les ve, pocas vienen e ignoro la causa. Ya no se les ve negreando los cables de luz en las calles; ya no se les ve en los charcos recogiendo lodo para hacer sus nidos bajo el tapanco o arriba de las ventanas; ya no se les oye puntuales a las seis de la mañana despertándonos con sus estruendosos ruidos y ya no se ve llorar a los niños porque agarraron a una golondrina y se llenaron de gorupos, ya esas aves no vienen.

Nunca escuché que las golondrinas estuvieran en peligro de extinción y no se si lo estén, ignoro si pocas vengan como consecuencia de que los niños mataban muchas a resorterazos , si al destruir sus nidos y evitar su reproducción se estaba provocando su extinción, no lo se pero el caso es que cada año viene un menor número de ellas.

Es deseable que no estén en peligro de extinción, que solo se trate de que emigran a otros lugares y no a nuestra región, a nuestro país.

Pero es momento de conocer un poco de estas aves que insisto, ya las deberíamos de ver negreando los cables de luz de las calles, ya deleitándonos con su canto, ya por esquinas de las ventanas haciendo sus nidos, o bien ya hechos, Ya establecidas en nuestra Zamora después de un largo recorrido:

La golondrina común o andorina -Hirundo rustica- es un ave de hábitos migratorios perteneciente a la familia de los hirundínidos, dentro del orden de los paseriformes. Se trata de la golondrina con la mayor área de distribución en el mundo. Habita en Europa, Asia, África y América.

Existen seis subespecies de golondrina común, que se reproducen a lo largo del hemisferio norte. Cuatro de ellas son fuertemente migratorias y sus cuarteles de invernada cubren gran parte del hemisferio sur, llegando a Argentina central, Sudáfrica y el norte de Australia. Su vasta área de distribución y enorme población implican que la especie se encuentra fuera de peligro de extinción, aunque pueda haber decrecimientos poblacionales locales debido a amenazas específicas.

La golondrina común es un ave de campo abierto que normalmente utiliza estructuras construidas por el hombre para reproducirse y que, en consecuencia, se ha diseminado con la expansión humana. Construye nidos en forma de taza, con bolitas de barro en graneros y construcciones similares y se alimenta de insectos que atrapa en vuelo. Estas son de las que llegan a nuestro país

Su alimentación insectívora contribuye a la tolerancia de los humanos hacia esta especie; en el pasado esta aceptación se vio reforzada por supersticiones respecto del ave y su nido. Ha habido frecuentes referencias culturales a la golondrina común en escritos literarios tanto debido a su proximidad con el hombre como por su migración anual
Se trata de un ave pequeña. El macho adulto de la subespecie nominal, mide entre 17 y 19 cm de longitud, incluyendo los 2 a 7 cm de las alargadas plumas externas de la cola. Tiene una envergadura de entre 32 y 34,5 cm y pesa entre 16 y 22 gramos. Su parte superior es azul metálico y su frente, barbilla y garganta, rojizos. Una gruesa franja azul oscuro separa la garganta del pecho y abdomen blancuzcos. Las plumas externas de la cola son elongadas- estirada, alargada-, lo que le brinda el distintivo aspecto profundamente ahorquillado de las golondrinas. Presenta una línea de manchas blancas a lo largo del extremo externo de la parte superior de la cola. La apariencia de la hembra es similar a la del macho, pero las plumas de la cola son más cortas, el azul de la parte superior y de la banda del pecho es menos lustroso y el pecho y abdomen son más pálidos. El juvenil es más marrón y exhibe una cara rojiza más pálida y partes inferiores más blancas; carece de las largas plumas de la cola de los adultos.

 

 

 

Continuará evgonal@yahoo.com.mx

 

 

 

 

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